Menorca es una isla situada en el Mediterráneo occidental que cuenta con una rica historia y patrimonio cultural. Durante siglos, la isla ha sido objeto de influencias de diversas culturas y civilizaciones, y una de las más notables es la dominación británica. Durante los siglos XVIII y XIX, la isla fue gobernada por los británicos en dos ocasiones, y este periodo tuvo un impacto significativo en muchos aspectos de la vida local, y, en especial, en la arquitectura de la isla. A continuación, veremos algunos ejemplos.

Como decíamos, rico es el legado británico en la isla de Menorca; pero, ojo, no solamente la herencia se produjo en el ámbito arquitectónico, sino también cultural (celebración de «April fools day» o «dia d’enganar» el 1 de Abril, en lugar del día de los santos inocentes el 28 de Diciembre), gastronómico (introducción de la producción y consumo de Ginebra), e incluso en el lenguaje (palabras inglesas como bòtil, mac, jan, stick, xubec, xoc o mèrvil, etc.). Pero, como decíamos, hoy nos centraremos en los elementos vinculados con la arquitectura. Vamos allá:
Durante su primera ocupación en el siglo XVIII, los británicos construyeron una serie de fuertes y torres defensivas para proteger la isla de los posibles ataques de los franceses y españoles. Estas construcciones, que se caracterizan por su estilo militar, se adaptaron a las condiciones geográficas y climáticas de la isla y están construidas con materiales locales, como la piedra arenisca (marès). Así mismo, gracias al gobernador Richard Kane, también se construyo la primera red de caminos que inicialmente iban de Ciutadella al castillo de San Felipe para mejorar las comunicaciones en la isla.

Sin embargo, el legado arquitectónico más importante de la dominación británica en Menorca es la introducción de la arquitectura georgiana. Este estilo, que se caracteriza por su simetría y proporciones equilibradas, se utilizó en la construcción de edificios públicos, como la iglesia de San Francisco en Mahón y la Casa Consistorial en Ciutadella, así como en residencias privadas.
La iglesia de San Francisco, construida en 1759, es un ejemplo destacado de arquitectura georgiana en Menorca. El edificio tiene una fachada sencilla con un frontón triangular y dos columnas corintias que flanquean la entrada principal. En su interior, el edificio presenta una nave única y una cúpula central que ilumina el espacio.
Por su parte, la Casa Consistorial de Ciutadella es un edificio neoclásico que data del siglo XIX y se construyó en el lugar donde anteriormente había un antiguo palacio musulmán. El edificio tiene una fachada simétrica con un porche de entrada y dos torres que flanquean la fachada. El interior del edificio cuenta con una escalera de honor y varias salas decoradas con elementos neoclásicos.
Además de la arquitectura georgiana, los británicos también introdujeron la práctica de construir casas adosadas en Menorca. Estas casas se caracterizan por su estilo tradicional y están construidas con materiales locales, como la piedra y la madera. Las fachadas de estas casas suelen ser de color blanco, lo que ayuda a reflejar la luz del sol y mantener el interior fresco en los días calurosos del verano. Las casas adosadas británicas también presentan un arco de medio punto en la entrada, que se ha convertido en una característica distintiva de la arquitectura menorquina. Estas casas se construyen de manera que se comparten paredes con las casas vecinas, lo que ayuda a mantener el calor en el invierno y proporciona sombra en el verano.
Otro elemento clave, herencia de los británicos, son los «Boinders» («Bow windows»). Estos elementos arquitectónicos consisten en una serie de ventanas en forma de arco que se proyectan desde la fachada del edificio. Los boinders permiten que la luz natural entre en el edificio desde varios ángulos, lo que los hace muy populares en las casas de campo y las villas en Menorca. Los boinders también dan una sensación de amplitud y luminosidad a los espacios interiores, lo que los hace muy atractivos para los propietarios de casas en la isla. Actualmente se pueden observar todavía algunos ejemplos dando un simple paseo por Mahón.

Otra influencia arquitectónica británica que se mantiene en Menorca son las ventanas de guillotina de color verde. Estas ventanas se caracterizan por tener dos paneles verticales que se deslizan uno sobre el otro para abrir y cerrar la ventana. Además, el color verde distintivo de estas ventanas es muy popular en Menorca, y se utiliza a menudo para crear una estética colonial británica en edificios históricos de la isla.

Por último y quizás el elemento no tan conocido del legado británico son los «pestells» que hoy en día todavía se utilizan para muchas puertas de las casas en Menorca (especialmente en Mahón). Estos sistemas de cerramiento se accionaban pulsando con el dedo pulgar una pieza que, automáticamente elevaba otra por la cara interior de la puerta y permitía abrirla.

Para aquellos que visitáis y descubrís la isla, os dejamos con algunos ejemplos de construcciones Británicas en la isla que permanecen y que sin duda alguna merecen una visita: El pueblo de Es Castell o Georgetown, El Fuerte Marlborough, el Cami d’en Kane, la Isla Lazareto, el Hospital Militar de la Isla del Rey en el Puerto de Mahón, el Castillo de San Felipe, o las torres de Fornells o des Castellar. En definitiva, el legado es tan amplio que sería imposible mencionarlo entero.
En conclusión, la dominación británica tuvo un impacto significativo en muchos aspectos de la vida en Menorca y especialmente en la arquitectura de la isla (introdujeron la arquitectura georgiana, construyeron fuertes y torres defensivas, y establecieron la práctica de construir casas adosadas, las ventanas de guillotina, los «boinders» o incluso los «pestells«). Estas características arquitectónicas siguen siendo parte de la identidad y patrimonio cultural de la isla y son una muestra del rico patrimonio que dejaron los británicos en Menorca.
Te animamos a que en tu próxima visita a la isla descubras la Menorca más Británica.