Si piensas en Menorca siempre acabas pensando en su gente, los menorquines, esa gente enamorada de su tierra hasta la médula, que siempre te van a recibir con una sonrisa en la cara. Como cualquier pueblo, los menorquines tenemos algunas peculiaridades o características que nos hacen diferentes a las personas que puedas encontrar en otro lugar del mundo, hoy vamos a intentar descubrirte unas cuantas.
Los menorquines somos un pueblo abierto por naturaleza, aunque pueda no parecerlo a primera instancia debido seguramente a ser dueños de una isla muy codiciada, históricamente por otros pueblos/civilizaciones. También somos un pueblo tranquilo, que vive enamorados de su isla y de sus costumbres; vamos a estar encantados de recomendarte cualquier cosa que necesites de la isla y sobre todo de contarte todos las anécdotas que podamos de “sa roqueta” como llamamos muchos de los isleños a Menorca.
Conozcamos mejor a los menorquines, seguramente el alma de Menorca, a través de algunas de sus características o hábitos:
“Seure a la fresca”
En esta típica tradición menorquina se deja ver la imprenta que ha dejado la insularidad de la isla, más tranquila que sus contiguas y más sosegada que la península.
Y es que cuando empieza a notarse el calor los menorquines salimos a la calle con nuestras “coca rossa” (la típica silla menorquina, diseñada en 1920) para tomar el aire, o descansar. En todos los pueblos vas a poder encontrar un corrillo de vecinos comentando la jornada sentados en sus “coca rossa” en frente de su casa o alguien más solitario aprovechando el momento para leer o simplemente observar el paso de la tarde.
Puede que leyéndolo no te hagas a la idea de lo especial que es esta tradición, pero en cuanto la pruebes no vas a dejar de hacerlo. Y si quieres llevarlo a otro nivel siempre puedes coger las sillas y la merienda e ir a “seure a la fresca” a la playa, aprovechando que por esta época no hay mucha gente.
Leyendas
El folclore de la isla se transmite de generación en generación, de abuelos a nietos y es parte importante de los cuentos que escuchamos los niños menorquines para forjar el carácter y personalidad. Sentarte a la vera de algún abuelo menorquín a que te cuente alguna historia es una gran manera de conocer más de las historias de la isla y además entretener a una persona mayor que estará feliz que la escuches un rato. Y si no tienes esa posibilidad pero aún así quieres adentrarte en el mundo de las leyendas menorquinas puedes leer Menorca, una isla de leyendas en nuestro blog; un artículo que publicamos recientemente que te sorprenderá por las historias que contiene.
Rivalidad sana entre capitales
A pesar de los, aproximadamente, 45 kilómetros que separan Mahón y Ciutadella los dos pueblos más grandes de la isla tienen una arraigada competencia, sana, desde tiempos antiguos. Y es que esta rivalidad casi histórica viene desde el 1714 cuando Ciutadella, la antigua capital, perdió el estatus en favor de Mahón durante la dominación inglesa. Pero como todo, la belleza es subjetiva, y seguro que tú tienes tu propia opinión de cual de los dos pueblos es más bonito, más menorquín. Y pese a todo los menorquines, seamos de Mahón o Ciutadella sabemos apreciar la belleza e importancia de la una y la otra y tenemos, siempre, amig@s en cualquiera de las dos. Al fin y al cabo todos somos parte de una gran familia menorquina.
La Mahonesa
Según el boca a boca menorquín y respaldado por varios historiadores la mahonesa se dio a conocer de forma internacional por el Mariscal Richelieu durante la invasión francesa de 1756. Se dice que el Mariscal visitó una fonda ya entrada la noche y al no tener nada más que ofrecerle el cocinero le ofreció un corte de carne no muy apetitosa que aderezo con la ya famosa mahonesa, el Mariscal quedó tan impresionado con la salsa que le pidió a su cocinero particular que la replicara y al volver a Francia la dio a conocer. Mucha gente cree que fue improvisada por el cocinero al verse en apuros, pero la verdad es que hay evidencia de la mahonesa desde el año 1750 donde la receta fue incluida en un libro de cocina popular menorquina.
Los menorquines estamos muy orgullosos de ser el lugar donde se originó la mayonesa. Es muy probable que en algún momento alguien te diga no es mayonesa es mahonesa si la pides con el nombre más popular. Y es que la riqueza gastronómica de Menorca, queda patente y demostrada con el nombramiento de Menorca, Región Europea de la Gastronomía.
Los menorquines fuera de Menorca
Para acabar y no por ello menos importante, podríamos escribir un artículo entero sobre los menorquines que viven fuera de la isla y como reconocerlos pero de momento os vamos a dar algunas pinceladas de cómo son y de las peculiaridades que tienen.
Es fácil identificar a un menorquín en un bar: si sus ojos se iluminan al ver que tienen Gin Xoriger… bingo! es de Menorca seguro. Si te dice que es de Baleares y le preguntas, ¿Mallorca? y resopla… tenlo claro, es de Menorca seguro.
Añoran el mar como si fuera el aire que respiran y muchos de ellos llevan Menorca tatuada en la piel, lo cual no nos extraña pues es preciosa.
Al ser una isla pequeña es fácil encontrarse con alguien que estudia fuera o alguien que ha decidido vivir lejos, pero sin duda todos echan de menos estar aquí.
Como ves hay muchas cosas que conforman el carácter menorquín. Sin duda la mejor manera de conocer la isla es que te la enseñe alguien local, pero si no tienes esa posibilidad puedes visitar nuestro blog y leer alguno de los siguientes artículos sobre Menorca: Menorca y los 29 islotes que la rodean, dónde disfrutar de las mejores puestas de sol de Menorca, Menorca una isla de leyendas o sobre las fiesta patronales de Menorca. Con ellos, vas a conocer un poco mejor la isla, pero sobre todo, recuerda que menorquín no solo se nace, sino que también se hace, aunque este tema lo dejaremos para otro artículo.