Tradición y transformación en Sant Lluís – Es Foraster

Es Foraster

A lo largo de la historia, los forasteros han traído nuevos productos, ideas e influencias a Menorca, con el consiguiente enriquecimiento de la vida local y su contribución a la cultura única de la isla.

Antes y después de Es Foraster

Dos de estos “forasteros”, Luis Sala y Abraham Pérez, llegaron a Menorca como muchos otros hicieron en su momento: primero llegaron durante una visita estival, les encantó la isla y decidieron comprar una casa de vacaciones en Sant Lluís. Más tarde, al encontrar una vida de calma y serenidad, comparado al ritmo frenético de Madrid, decidieron trasladarse a la isla permanentemente.

Nouveau intérieurMientras que Abraham abrió una pequeña tienda solo unas casas más allá de la suya, Luis continuó trabajando como productor teatral. Pero los viajes constantes le pasaron factura y, a finales de 2019, se tomó un año sabático —sin saber que pocos meses después, una pandemia irrumpiría, los teatros cerrarían y no se podría viajar más.

Cuando el confinamiento acabó y ya pudieron pasear por el pueblo de nuevo, se encontraron volviendo una y otra vez ante un edificio desocupado de dos plantas —antiguamente el Casino— en la calle principal de Sant Lluís, e imaginaban qué podrían hacer en él, de ser suyo.

Empezaron sus pesquisas, preguntando a través de Fincas Sant Lluís y formalizaron su compra a principios de 2021. Les quedaban unos pocos meses para devolver a la vida lo que en sus tiempos fue un simple bar, restaurante y centro social, y convertirlo en algo bastante diferente. 

Cambiaron el tejado entero, instalaron una cocina nueva, construyeron un bar y abrieron la planta baja en un espacio diáfano enorme. Manteniendo la filosofía de su negocio, la renovación fue tan respetuosa con el medio ambiente como les fue posible.

Rez-de-chausséeDe nombre Es Foraster (El Forastero), una referencia a sus orígenes no isleños, se trata de algo nuevo en Menorca: un concept store o tienda especializada. O dicho con sus palabras, “un lugar donde uno se encuentra rodeado de creatividad por todas partes”.

La planta baja se convirtió en una versión ampliada de la tienda original de Abraham, que vende arte, artesanía y objetos de decoración, enseres domésticos, libros y prendas sostenibles, donde los clientes también pueden sentarse y tomarse un café y un trozo de tarta casera; mientras que la primera planta es el resultado de la colaboración con su amigo y galerista Nicola Quadri: un espacio de exposición con cuadros, antigüedades y muebles de diseño —todo lo cual está a la venta— que además se desdobla en sede de club de comidas, firma de libros y otros eventos.


Para estos empresarios creativos y emprendedores, mudarse a Menorca ha transformado sus vidas y les ha dado la oportunidad de bajar el ritmo y saborear la simplicidad de la vida isleña. Pero al mismo tiempo, su negocio junto con un buen número creciente de otros negocios pequeños y creativos que han abierto en el pueblo en los últimos años, está ayudando a que se respire un aire nuevo en Sant Lluís y a darle un atractivo más cosmopolita y contemporáneo.

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